miércoles, 11 de marzo de 2015

No nos digamos mentiras... nos encantan los likes


La mayoría de nosotros ha publicado algún estado, foto o video en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube o en cualquier otra red social. La mayoría de nosotros también ha recibido comentarios o me gusta en tales publicaciones y, aunque los comentarios nos generan cierto bienestar y es chévere el ejercicio de leerlos, los likes -y en especial su cantidad- son los que mas despiertan interés en nosotros. 


No hay nada más triste para un adicto a las redes sociales (que somos casi todos de alguna manera), que ver una publicación desierta de likes, olvidada o ignorada. ¿Por qué entristece a muchos esto? ¿Qué hace que esperemos que le den muchos likes a nuestras publicaciones?



Definitivamente estamos acostumbrados a la aprobación. Desde nuestra crianza en casa, pasando por la escuela y el trabajo, hasta que morimos, todo lo que hacemos tiene una valoración. Calificamos la cena, el sexo, el cine, las fiestas, la pareja, los paseos, las actitudes, los pensamientos, los sentimientos, todo. Y realmente no hay nada malo en evaluar lo que hacemos. El meollo del asunto es que hay personas que limitan su estado de ánimo a la aprobación de los demás. Si me aprueban me siento bien y si no, me siento mal. Inclusive algunas manipulan a otros al desaprobar o aprobar sus comportamientos. 



Pongamos como ejemplo a alguien que publica una foto en Facebook. Esta persona si recibe muchos likes seguramente pensará que su foto tuvo "exito". Pero si obtiene unos cuantos me gusta, es probable que en la próxima foto muestre algo más de sus partes íntimas para superar aquel "fracaso". Esto solo por mencionar el caso de algunas mujeres y para explicar por qué se ha propagado tanto la sinvergüencería en las redes sociales. Pero,  ¿te has preguntado que pasaría si no le dan likes a tus fotos y otras publicaciones? ¿Qué consecuencias nefastas podrías acarrear si esto sucede? 



La respuesta a estas dos preguntas, y quizás para tu sorpresa, es que no pasaría nada. Y es en serio. Aunque en muchas de nuestras actividades necesitamos que un experto o alguien con mayor experiencia valore lo que hemos hecho, la verdad es que no siempre necesitamos que otros den su opinión sobre lo que hacemos en nuestra vida, incluyendo la vida virtual en las redes sociales (y diría que para la mayoría de actividades de la vida cotidiana también aplica). Es decir, esos 1000 likes de tu foto de perfil no te harán más o menos bello/a si no te sientes así. Un like no hará que te crezcan las pompis o que se disminuya el tamaño de tu nariz. Actúa sin esperar la aprobación de los demás. Libérate de la búsqueda de likes evitando subir fotos donde muestras más de lo que deberías. 

Recuerda: no es libre el que no está encerrado, sino el que piensa sin ataduras y actúa bajo el mandato de su pensamiento. 

Si quieres le puedes dar o no like a esta publicación. Yo ya me liberé.

Yamil Córdoba Moreno


lunes, 9 de marzo de 2015

Solo es cosa del pasado

(A mi hijo, Kevin, cuando crezca)
Cuando yo estudié la primaria en el antiguamente llamado "Instituto Integrado Carrasquilla Industrial (I.I.C.I.)", hoy " Institución Educativa Carrasquilla Industrial", tuve maestros que se ganaban e infundían mucho el respeto, no solo a ellos mismos sino a los colores de la bandera de Colombia y cada uno de los símbolos patrios de nuestro país.
Tanto era así que cuando sonaba el himno nacional, nadie podía masticar chicle, conversar o reirse, mucho menos tener una posición de relajo o de descanso. La posición debía ser erguida y en posición militar de "firme" y a mí me gustaba eso. Mis maestros me daban a entender y me hacían creer que éste era un gran país y que debíamos respetarlo y hacerlo respetar. En mi niñez no envidié a ningún otro país porque amaba el mío.
Hoy, y con mucha pena lo tengo que decir, no es lo mismo.Y cuando lo digo me acuerdo de todos aquellos mayores que, cuando hablaban de sus tiempos, decían lo mismo. Pareciera que nos hacemos viejos y comienzan las añoranzas a pedirnos volver al pasado o, lo que es peor, que cada que "avanzamos" en el tiempo, los días se hicieran más difíciles.
De lo que hablaba al inicio, no queda sino el recuerdo. Himnos, bandera, escudo, posición de firme, respeto, definitivamente son cosas del pasado. Mi país... de lo que queda de mi país, ese mismo que me hacían mis maestros amar y hacer respetar, ya no es esa imponente Colombia que veía con esas curvas sobresalir en el mapa como la única con dos mares, de los cuáles nos jactábamos al exponer en las clases de geografía, nuestros mártires y libertadores, nuestros ancestros originarios, nuestra historia, las fechas los lugares, los modales... Vivimos en tiempos donde todo eso (y así suene como un viejito) solo es cosa del pasado.
Yamil Córdoba Moreno.