domingo, 20 de abril de 2014

Las Clasificaciones que agrandan la brecha del racismo.

Hace poco leí un tweet de @ViceColombia que cito: "Información del Programa Presidencial para la Población Afrocolombiana, Negra, Palenquera y Raizal" y me preguntaba: cuando hacen este tipo de clasificaciones dentro de un gran grupo, que es el de los que tienen un color de piel distinto al de la mayoría, ¿no están  causando que estas diferencias se agudicen aún más? ¿será que cuando hay información para otros se dice 'para blancos y mestizos' ? 

Una de las formas de expresar la cultura de un pueblo es mediante el lenguaje, que es único para cada región y que lo identifica y lo diferencia ante los demás pueblos.  La forma y el contenido de lo que se dice se transmite de generación en generación y de boca en boca y cuando se vuelve natural en la sociedad llamar a otro, no por su nombre, sino por su condición o por su color de piel, el efecto que se consigue es "normalizar" las diferencias. Es entonces cuando se hace "normal" llamar al otro como 'gordo, Negro, enano, Calvo, flaco, etc' como si este fuera el nombre de estas personas. 

A casi todos nos gustaría que nos llamaran 
por nuestro nombre, y en caso de que alguien no lo sepa, nos gustaría que utilizaran una forma más digna de dirigirse a nosotros, como 'niño (a), joven, señor, señorita o señora' ya que son palabras comunes a todos. Todos pertenecemos a alguno de estos grupos. 

En caso que se quiera especificar se puede utilizar el origen, la situación económica, la organización a la que pertenece, entre muchas otras formas más dignas para referirse a un grupo de personas. 
Sin embargo, usar las palabras "negro" u otras lo que hace es continuar con la perpetua marginación en este país. 

Acabemos con este tipo de lenguaje de una vez. No desconocemos nuestro origen ni queremos olvidarlo; por el contrario: nos sentimos orgullosos de lo que somos y de nuestra procedencia, como cualquier persona debería sentirlo. Pero es sabido que este tipo de lenguaje ha ayudado a que vivamos concentrados en zonas específicas de las ciudades y del país, no porque queremos sino porque se nos hace difícil la inclusión en los otros grupos sociales, se nos dificulta demostrar nuestros talentos y aportar nuestras ideas, no por tímidos sino porque cuando llegamos a algún lugar, de una nos dicen "cariñosamente", 'venga mi negro' (y ya te clasificó). 

En este orden, los primeros en romper con este tipo de lenguaje deberían ser todas las organizaciones gubernamentales, los periodistas, las instituciones educativas, hasta llegar a los niños. Con esto, no sólo lograríamos recuperar parte de la dignidad de estas personas sino también el respeto que se merecen (o nos merecemos).